Odoo: el nuevo objeto brillante de los ERP

Mejora los resultados de tu empresa

Agustín Cruz Lozano
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El síndrome del objeto brillante es el impulso que te lleva a sentirte fuertemente atraído por comprar las herramientas tecnológicas más novedosas del mercado para tratar solucionar los problemas de tu empresa.

Forma parte de la tiranía del corto plazo, en el que prima la velocidad, la facilidad y el mínimo esfuerzo.

Cuando tienes un problema (por ejemplo, los resultados no son los que esperas), tienes dos formas de verlo.

Puedes asumir tu propia responsabilidad y reconocer que no eres capaz de ejecutar las tareas del plan que tienes a un nivel de calidad suficiente para conseguir los resultados.

No tendrás más opciones que seguir formándote y adquiriendo habilidades.

O puedes mirar hacia afuera y en este caso solo llegan excusas como: el implementador es mal implementador, el método es mal método, el ERP es mal ERP…

Todo esto es rechazar tu propia responsabilidad y culpar a los demás.

Y algunas empresas son hábiles para explotar ese rechazo a la responsabilidad propia para aumentar sus ventas.


Odoo es uno de ellos.

  • Con su interface limpia y fácil de utilizar que te hace creer que no necesitas capacitar a tu personal en las nuevas estrategias operativas que vas a implementar
  • Con la idea de que puedes adaptar fácilmente el sistema a las necesidades de tu empresa con alguno de los miles módulos disponibles en el marketplace
  • Con su promesa de que en 3 meses y con un paquete de 25 horas es suficiente para que el sistema de información empresarial funcione
  • Con su red de partners donde se premia más la venta de nuevas licencias que los buenos resultados en las implementaciones
  • Con sus anuncios que te dicen que la versión Enterprise tiene todo lo que necesitas para administrar tu empresa
  • Con su código abierto que te hace pensar que no necesitas contar con un equipo de TI porque es gratuito

No hay forma de resolver los problemas que tienes de forma milagrosa en 30 días.

Eso no existe.

Es tan sencillo como esto: entender que tienes que hacer el trabajo duro para poder llegar a tus sueños.

El éxito tiene un precio. ¿Estás dispuesto a pagarlo?

Si vas cambiando de ERP en ERP, de implementador en implementador, lo que estás haciendo es rechazar tu propia responsabilidad.

Eres tú el que debe avanzar.

Nadie va a venir desde fuera a arreglar tus problemas, ni a construir un negocio que funcione.

Así que ya sabes, deja de buscar ahí fuera objetos brillantes.

Toma la decisión de ser consciente de quién eres, de lo que quieres y sobre todo, responsable del poder de tus propios actos.

Si quieres tomar las riendas de tu negocio e implementar un ERP que te permita reducir el tiempo para el cierre mensual a tan solo 8 horas hábiles o menos, disminuir los costos administrativos en un 28% y aumentar la rentabilidad hasta en un 15%,

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